La imponente silueta de las torres almenadas irrumpe en el horizonte, anunciando la llegada al Castillo de Javier, una joya medieval que alberga la cuna de San Francisco Javier, patrón de Navarra, de las misiones y del turismo en España.
En pleno corazón de la Navarra Media, a escasos 8 km de Sangüesa, se alza esta fortaleza medieval, enraizada en la roca viva, que convoca cada año a principios de marzo a multitudes de navarros en la célebre peregrinación conocida como "Javierada".
Un puente levadizo te dará paso a un mundo de torres, mazmorras, matacanes y saeteras, y te invitará a descubrir el lugar de nacimiento (1506) y vida de San Francisco Javier, figura esencial como cofundador de la Compañía de Jesús y reconocido misionero global.
Ubicado en el límite de la provincia de Zaragoza, en la cima de la pequeña localidad de Javier, se yergue la figura rotunda del Castillo de Javier, la casa natal del patrón de Navarra, San Francisco Javier.
Los orígenes del castillo se remontan al siglo X, con la construcción de la Torre del Homenaje, una atalaya de señales. Su estratégica ubicación en la frontera entre los reinos de Navarra y Aragón le confería un propósito fortificado, y a lo largo del tiempo se erigieron diversas estructuras a su alrededor.
En 1516, por orden del cardenal Cisneros, el castillo sufrió daños considerables. A finales del siglo XIX, junto a la fortaleza, se levantó la basílica de Javier. En 1952, una restauración devolvió al castillo su aspecto original, conservando defensas y elementos como troneras y saeteras.
El Recorrido por el Castillo de Javier
El recorrido comienza en el zaguán, cruzando la puerta principal del castillo, con un relieve de piedra que ostenta tres escudos divididos por ángeles tenantes, representando los blasones familiares. Explora las caballerizas y desciende al sótano, donde alguna vez se albergaron bodegas.
A través de dioramas, obtén destellos de la vida del santo, luego accede a la planta, donde se exhiben objetos del antiguo castillo, reliquias del Santo y una maqueta del edificio original. El museo se divide en tres secciones: historia del edificio, Javier y Navarra en la historia, y la pinacoteca, destacando cuadros flamencos de Maes. Finalmente, una rampa conduce al resto de las estancias del castillo.
La visita comienza en la Sala de Escudos, adornada con los escudos de los padres de Francisco y un árbol genealógico. A través de una puerta de piedra, se llega a la Sala Principal o Grande, donde la familia se reunía. Ascendiendo por la Torre de Undués, alcanzas el Camino de Ronda, un corredor protegido para defender la fortaleza.
Las habitaciones de los capellanes, actualmente un oratorio, dan paso al núcleo primitivo del Castillo. Dos estancias rodean la Torre del Homenaje, la estructura más antigua de Navarra. La habitación de la derecha fue la de San Francisco Javier, y la de la izquierda es la capilla de San Miguel, la primera en el castillo. Desde la terraza, aprecia la estratégica ubicación del castillo y las vistas panorámicas.
Desciende nuevamente al patio de armas y sal por la poterna. A tus pies, la antigua escalera y a la izquierda, el muro de la Basílica construida en el siglo XIX, en el sitio donde los padres de Francisco de Javier habían levantado el Palacio Nuevo, el lugar de nacimiento del Santo. Completa el recorrido en el zaguán.
Y más allá del castillo
Una vez finalizada la visita al castillo, explora la ecléctica Basílica, con su fachada adornada con motivos de la vida de Javier.
En conmemoración del V Centenario del nacimiento del santo, se construyó un espacio multiusos, el Aula Francisco de Jasso, con capacidad para 1300 personas, y la Sala de exposiciones Georg Schurhammer, que alberga el archivo personal del biógrafo más destacado de Francisco de Javier, trasladado desde Roma.