La foz de Lumbier, un desfiladero tallado por el río Irati sobre la roca caliza, es un paisaje asombroso que puedes explorar en el noroeste navarro. El acantilado es sobrevolado por buitres leonados, y sus paredes verticales sirven como hogar para diversas aves. El río Irati fluye a través de este escenario, creando pasos estrechos y caprichosos en las rocas. Un puente en ruinas, rodeado de una leyenda que involucra al diablo, y dos túneles que solían ser transitados por el primer tren eléctrico de España, son parte de este espectacular entorno que ha sido declarado reserva natural.
La geología única y el aislamiento a lo largo de los siglos han permitido la conservación de una vegetación singular que adorna las escarpadas rocas y proporciona refugio a majestuosas aves rapaces. El recorrido de 1.300 metros de la foz puede ser realizado a través de una vía verde cerca del río y a los pies de los acantilados, introduciéndote en las primeras estribaciones del Pirineo oriental navarro. El murmullo del agua y los llamados de las aves chovas te acompañarán mientras admiras la belleza de este entorno natural.
Además, puedes obtener más información sobre la foz de Lumbier y otras gargantas navarras en el Centro de Interpretación de las Foces de Lumbier.
Para llegar a la foz de Lumbier, puedes dirigirte a la cercana localidad de Lumbier, donde encontrarás un aparcamiento cerca del acceso al desfiladero. La foz de Lumbier es un paisaje esculpido por el río Irati sobre la roca caliza en el extremo occidental de la sierra de Leire, a los pies del Pirineo navarro. Esta garganta es uno de los paisajes más espectaculares de Navarra, labrado durante millones de años por la acción del río Irati. La foz ha sido declarada reserva natural desde 1987.
La foz de Lumbier, con su longitud de 1.300 metros, es una garganta estrecha y pequeña de una belleza espectacular. Sus paredes verticales llegan a alcanzar 150 metros de altura en su punto más alto. Grandes rapaces como los buitres leonados y, con suerte, incluso algún quebrantahuesos, habitan en sus grietas y repisas. La foz también alberga zorros, jabalíes, tejones y alimoches, y está poblada por árboles como quejigos y coscojas, así como arbustos como tomillo, espliego y ollaga.
A diferencia de otras gargantas, la de Lumbier puede ser recorrida a través de un sencillo sendero conocido como la vía verde de la foz de Lumbier. Esta vía verde sigue el curso del río y pasa por los túneles que solían ser transitados por el primer tren eléctrico de España. El camino atraviesa la roca a través de dos túneles, de 167 y 206 metros de longitud, que carecen de iluminación artificial. El sendero termina cerca de los restos del Puente del Diablo, un puente del siglo XVI con una leyenda que sugiere que fue construido con ayuda del diablo. Se recomienda precaución en esta zona.
Existe otro sendero local señalizado con marcas verdes y blancas y postes de madera que rodea la foz por las laderas inmediatas y vuelve por el interior del desfiladero, ofreciendo un recorrido más activo para explorar la zona.
Una actividad alternativa para experimentar este entorno es el descenso en balsa por el río. Este recorrido en balsa neumática, guiado por expertos, te permite sumergirte en el hábitat fluvial de forma respetuosa. Además, la observación de aves es otro atractivo en esta reserva natural. Puedes disfrutar del majestuoso vuelo de los buitres leonados desde un mirador cercano a la carretera NA-178.
Si deseas aprender más sobre el ecosistema de la zona, el Centro de Interpretación de las Foces en Lumbier ofrece exposiciones, audiovisuales y simulaciones que te ayudarán a conocer mejor el entorno natural no solo de la foz de Lumbier, sino también de otras gargantas, como la famosa foz de Arbayún.
