El ferrocarril del Bidasoa nació en 1.898 como tren minero para comunicar Irún con las minas de Endarlatsa en Navarra. En 1916 esta línea fue ampliada hasta Elizondo convirtiéndose en tren de pasajeros. El trazado, hoy en desuso, se ha convertido en vía verde. En total 35 kilómetros desde el Parque Natural del Señorío de Bertiz hasta Endarlatsa con el río Bidasoa como compañero de viaje.
A lo largo del recorrido encontraremos magníficos paisajes de verdes prados salpicados de caseríos, pintorescos túneles, pueblos típicos e incluso algún búnker olvidado. A pie o en bici, siempre resulta una ruta fácil y agradable, con un perfil prácticamente llano.
Conocido como tren Txikito por su ancho de vía (0,92m), realizó su último viaje hasta la barriada de caseríos donde los ingleses montaron por primera vez su centro minero en la década de los 50. En la actualidad, se trata de un extenso paseo que sigue el curso del río Bidasoa.
La vía comienza en Oieregi, junto al Parque Natural de Bertiz para llegar en su primer tramo hasta la bonita plaza de Legasa, rodeada de enormes casonas. Posteriormente enlaza con el río Bidasoa acompañado de una frondosa arboleda hasta Doneztebe-Santesteban. Este tramo es utilizado, a menudo, por vehículos a motor y paso de ganado, por lo que hay que tener cuidado. Antes de llegar a Sunbilla la ruta atraviesa 3 túneles envueltos por un tupido bosque.
En dirección a Bera, se pasa por las antiguas estaciones de Igantzi y Lesaka, de las que ya no queda nada. En esta zona se conserva un búnker de la guerra civil. De Bera destacar su precioso casco antiguo, que deja paso a la vía, encañonada entre el río y las empinadas laderas de los Pirineos, hasta Endarlatsa.